viernes, enero 11, 2008

Cuando llega la nostalgia

Hace unos días me preguntaba en qué momento empiezas a sentir tanta nostalgia por las cosas que has vivido, me considero joven para sentirme de esa manera, pero lo cierto es que las vivencias, su importancia y el efecto son los que nutren ese sentimiento. Ayer por la noche prendí la tele buscando algún documental en NG, en cambio me detuve al escuchar una música conocida de una película, era Azul de Kieslovsky y la maravillosa música de Preisner. La música desató una cadena de recuerdos, las idas al cine en el Auditorio Che Guevara en C. U. o la Muestra Internacional de Cine en el Centro Cultural Universitario, mis caminatas a solas por la Universidad, sólo sintiendo. Esas idas al cine después fueron acompañadas por Bruno, caminábamos hasta llegar al club de cine de antropológicas, caminábamos abrazados, creo que entonces ninguno de los dos podíamos imaginar como con el tiempo cambiarían nuestras vidas. Fue la música la que se ha aliado con los recuerdos, un Filio, un Silvio, un Preisner que acompañan vivencias, amor y desamor. Todo aderezado con el hecho de estar lejos, de vivir en un país donde escuchar una canción revolucionaria prácticamente no tiene sentido, el primermundismo mata el folklor, y la realidad que durante años viviste se va haciendo más tenue, ligera, y dolorosamente necesaria. La nostalgia ahora es un puente que espero me ayude a llegar y retener mis raíces, valores y evite que el desarraigo se siente cómodamente en mi mente y en mis actos.